¿Cuál es el proceso de promover tu trabajo en Francia?
Y, es complicado. Yo pensé que una vez que publicabas el primero, después todo se iba encadenando y el segundo, el tercero y el cuarto eran consecuencia de los anteriores, y no es así. Yo el último libro que estoy haciendo en Francia, que es el cuarto o quinto, es como si hubiese sido un autor inédito. O sea, de poco me sirvió haber hecho cuatro libros antes. Ibas vos, era exactamente lo mismo. No sabían quién era yo o qué había publicado, ni lo que había ganado ni de nada, y aceptaron porque les gustó el proyecto. Eso pasa porque el mercado francés es gigante. Por eso, con la poca celebridad que pude haber tenido por ganar un par de premios internacionales, esa celebridad te dura un mes. Salen notas y reportajes en sitios web, revistas y al mes, nadie más se acuerda de vos y hay otro que ganó otro premio y que será famoso por quince minutos.
Y cuando viajás y te dás cuenta de la verdadera dimensión que tenés como autor en Francia, y de la que tienen los grandes en comparación, ves que la diferencia es abismal. El conocimiento público que puede tener cualquier francés conocido, digamos Trondheim, Sfar -sin llegar al nivel de Uderzo que ya es de estrella absoluta- son tipos que tienen publicados al menos treinta libros, y venden un mínimo diez mil de cada uno de esos libros. Esos son los tipos conocidos a los que todo el tiempo les demandan trabajo. A esa instancia los únicos argentinos que llegaron son los más grandes, Muñoz, Nine, Trillo. Y aún así me consta que a Trillo muchas veces le costaba ubicar muchas de sus obras. Los argentinos son mucho más conocidos por los autores, los editores y los críticos que por el público en general.
Entonces esto de ganar un premio te engaña, vos pensás que sos reconocido, que te van a llamar para hacer más… nada. Yo gané el premio a mejor libro del año de Ciencia Ficción en Francia en el 2006, que es la cuna del género, la cuna de Julio Verne. “Somos re grosos, nos pagaron el viaje!” Nos trataron como duques. Dijimos “nos van a pedir trabajos de otras editoriales”. Con suerte logramos que saliera el segundo. Y en ese viaje logramos que saliera un tercero, de la misma editorial, pero eso sólo! Conocí editores que me permitieron hacer mi tercer libro, pero fue todo muy de gestión mía de ir y conocer gente. O cuando ganamos también con Ippóliti el Premio Planeta, un premio de veinte mil euros, el premio que por lejos era el más importante de España, bueno, “por lo menos nos van a llamar de España”. A los dos meses la noticia ya había pasado y éramos de vuelta dos giles. En Francia yo ya sé que no me van a reconocer aunque haya publicado tres libros, de vez en cuando aparece uno que dice “yo ví tus libros, son muy bueno”, pero muy de vez en cuando. Los tipos verdaderamente conocidos están muy lejos, y son franceses. Es así. Hay que ir a hacerte conocido cada vez que vas. A lo sumo quedan experiencias y teléfonos de editores para llamar.
What’s the process of publishing your work in France?
It’s complicated. I thought that once you publish the first book everything would line up and the second, third, and fourth books would be published because of the first one, but that’s not the case. After publishing my fourth or fifth book in France it’s as if I were an unpublished author. It served me very little to have already published four books. If you were to do it, it would be exactly the same. They didn’t know who I was or what I had published, what I had won or anything, and they accepted my project because they liked it.
This happens because the French market is gigantic. Because of this, with the little fame I could have had by winning a few international prizes, this fame lasts you a month. Commentaries and articles on websites come out, magazines, and in a month nobody remembers you and there’s another person that’s won another prize and they’ll be famous for fifteen minutes. And when you visit France you realize the true weight that you have as an author in France compared to the most famous ones and you see that the difference is abysmal. The public recognition that the well-known French authors have like Tronsheim, Sfar—without even reaching the level of Uderzo who’s already an absolute star—are guys that have published at least thirty books and sell at least ten thousand of each book. These are the people that are always getting asked for their work. In this moment, the only Argentines to get to this level are the best—Muñoz, Nine, Trillo. And even so, it is known that many times it was hard for Trillo to place his work. Argentines are better known by authors, editors, and critics than by the general public.
Winning a prize is misleading. You think that you are recognized, that they are going to call you to make more…nothing. I won the prize for the best science fiction book of the year in France in 2006, which is the birthplace of the genre, the birthplace of Jules Verne. “We’re awesome, they paid our trip.” They treated us like dukes. We said, “the other publishing companies are going to ask for our work.” Only with luck we were able to get the second book published. During this trip we were able to get the third book out, from the same editor, but that’s it! I know editors that allowed me to make my third book, but it was all the work I did going and meeting people. Or when I won the Planet Prize with Ippóliti, a twenty thousand euro prize, a prize that was by far the most important in Spain, well, “at least Spain is going to call us.” Two months later it was old news and we were just two regular guys again. In France I know they are not going to recognize me even though I’ve published three books. Sometimes someone says, “I saw your books, they’re really good,” but this happens very rarely. The really well known guys are very far away, and they’re French. That’s how it is. You have to make yourself known every time you go. At the very least you have your experiences and editor’s numbers to call.
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